top of page
Buscar

Una vendedora muy profesional

  • Juan Díaz
  • 18 nov 2015
  • 2 Min. de lectura

Este viernes tuve que ir a comprar un regalo a una conocida tienda de cosmética del centro de Zaragoza. Como allí no tienen relojes ni estilográficas, iba a ser rápido e indoloro económicamente. Algo así como la operación roble, entrar, coger a Mussolini y salir en menos que canta un gallo y sin que nadie salga herido.

La vendedora me recibió con una amplia sonrisa:

_¿En qué le puedo atender?

_Quiero regalar un pack de jabón y crema de manos. A ser posible con aroma a cítricos.

_Sígame, por favor.

Todo iba a pedir de boca. En 30 segundos me propuso un pack que encajaba perfectamente con lo que yo buscaba, así que le mostré mi satisfacción y nos dirigimos a la caja. A partir de este momento es cuando se distingue a una vendedora profesional de una dependienta:

_¿Alguna cosa más?

_Nada más, muchas gracias.

_¿Tiene que hacer algún regalo próximamente?

_No que yo recuerde

_(No se da por vencida) ¿Tal vez algo para usted?

Por lo visto, cuando nos preguntan, se activa una especie de automatismo que sacude el cerebro como un manzano y la gravedad hace el resto. En ese momento recordé que acababa de tirar una de mis brochas de afeitar y haber leído alguna recomendación acerca de un modelo que comercializa esta cadena de tiendas.

_¿Tenéis la brocha de afeitar “Plisson”?

_Me temo que no, pero permítame unos segundos para confirmárselo. (busca en un cajón cercano) Mire, ha habido suerte, aún me quedan 2.

_Estupendo, me la llevo.

Pero la vendedora no se da por satisfecha y vuelve a la carga.

_Aunque su compra no pasa de 60 euros, pero como se queda en 59, le doy la opción de comprar este cofre regalo a mitad de precio. Quedará estupendamente con quien quiera por casi nada.

¿Como decir que no a la posibilidad de tener un detalle con mi mujer por casi nada?

_Envuélvamelo, pero por favor, (hago una pequeña pausa mientras le miro a los ojos con cara de solicitar piedad) no me proponga nada más.

La vendedora asiente con una sonrisa mientras termina de envolver el cofre. Entiende que no voy a gastar un duro más. Pero eso no significa que haya terminado con su trabajo.

_Si le parece bien, me tomo nota de su dirección de correo electrónico para poder mandarle información de ofertas y campañas promocionales.

Toma nota de mis datos, me cobra y se despide, de nuevo con una sonrisa, no sin antes remarcar que añade unas muestras a una de las bolsas y un papel de seda perfumado con una fragancia relajante que por lo visto, al meterlo en la funda de la almohada, ayuda a dormir como un lirón.

Si sus vendedores son así de profesionales, enhorabuena. En caso contrario o si no lo tiene claro, es posible que esté dejando de facturar unos buenos euros cada día. Le recomiendo que se ponga en contacto con la delegación de Impulso Coaching de Negocios más cercana.

 
 
 

© 2023 by BI World. Proudly created with Wix.com

bottom of page