Tesla o hacer superflua la función de ventas
- Juan Díaz
- 22 oct 2015
- 3 Min. de lectura
Tesla motors es todavía una empresa desconocida para la gran mayoría de la población a pesar de que probablemente fabrica los mejores y más avanzados automóviles que uno pudiera desear. Ciertamente tienen un precio pohibitivo para el común de los mortales pero es un caso digno de estudio y elogio por muchas razones.
El caso es que hoy me he encontrado un artículo en Bloomberg en el que se habla de la entrevista que Stephen Colbert realizó a el fundador y CEO de Tesla Motors, Elon Musk en la cadena norteamericana CBS. Resulta que Colbert es poseedor de un Tesla S que acaban de actualizar con la función de piloto automático y el exultante entrevistador habló sin parar, nada más y nada menos que durante 6 minutos de las bondades de su coche, ahorrándole la labor al entrevistado. Teniendo en cuenta que un spot de 30 segundos cuesta en esa cadena y franja horaria unos 38.000$ nos hacemos idea de lo rentable que le salió al señor Musk la visita.
El artículo menciona como Tesla se beneficia del entusiasmo de otras estrellas de la televisión como Oprah Winfrey que hablan reiteradamente de la satisfacción que les brinda este coche, haciendo una publicidad gratuita de inmenso valor. Cualquiera que siga la empresa en las redes sociales puede constatar la inmensa labor de apostolado que realizan sus clientes y su incalculable valor. Si hablamos de convertir a los clientes en fans sin duda Tesla es el ejemplo a seguir, tanto o más que Apple.
Me encanta el proyecto de Tesla y me encanta el producto. Tuve la oportunidad este verano de contemplar en vivo y en directo un Tesla S y me enamoró su diseño y su funcionamiento silencioso, pero sobre todo me parece fascinante lo que significa en términos empresariales. Significa entre otras cosas que lo que a la mayoría puede parecerle utópico, para un visionario sí es posible. Que es posible lanzarse al mercado a competir con aquellos que llevan toda la vida en él y poco a poco crear tu propio nicho en el que tú pones las normas porque eres el único actor. Para triunfar hay que ser diferente y aportar valor también a base de intangibles.

Por algún motivo viene a mi memoria el segundo hábito de la gente altamente efectiva de S.R. Covey, "empezar con un fin en mente". Sin esa clara visión, hubiera sido imposible sobrevivir más de 10 años a un proyecto a priori tan descabellado.
Es curioso que cualquiera pensaría que Tesla Motors tiene vocación de hacer coches deportivos, algo así como un competidor de Porsche, de Aston Martin o de Jaguar pero a pilas. Sin embargo, Musk explica en su blog que la misión de Tesla motors es "acelerar la llegada del transporte sostenible aportando coches electricos al mercado de masas tan pronto como sea posible" y que el único medio de llegar a ello para un principiante era comenzar en un sector donde el precio no fuera un factor de compra decisivo y así poder ser competitivo, como es el mercado de los coches deportivos.
Pero volviendo a la entrevista y a los fans de Tesla, sean ricos y famosos o solo ricos, se constata hasta que punto una excelente estrategia de Marketing, empezando por la primera P, el producto, puede hacer, como nos decía Peter Drucker en la entrada anterior, superflua la función de ventas. Que le quiten el producto de las manos. Tal vez me equivoque, pero tengo la sensación de que los compradores de cualquiera de los modelos que Tesla tiene actualmente a la venta no van al concesionario a comparar, porque no hay nada con que comparar, ni a que les convenzan, porque ya lo están, sino simplemente a apuntarse a la lista de futuros usuarios y a curiosear como será su próximo coche.